martes, 7 de diciembre de 2010

Howlin Rain

Estoy en uno de esos momentos de la  vida en que un puñado de canciones te revolotean en la cabeza y te atrapan como la telaraña de una tarantula. Howlin Rain. Cuando la lluvia arrecia, cuando la lluvia aulla.

Ese es el nombre del grupo, Howlin Rain. Unos tipos de San Francisco. Barbas astrosas y miradas perdidas, desde luego no pierden tiempo en la puesta en escena. Es más una experiencia sensorial, desde el alma, con amor.

Dos discos a sus espaldas: Howlin Rain (de mismo nombre) y Magnificent Fiend. Suficiente para dejar en evidencia a gran parte del panorama musical actual. Material nuevo, y sin embargo, mantiene el aroma añejo de las grandes bandas de los 70. Es como una Jam entre Cream y Jimi Hendrix. Como ver a Steve Marriot aullando con los Humble Pie. Es como si Lynyrd Skynyrd se hubieran pasado a la psicodelia.

Resulta todo un lujo encontrar un grupo que pueda enarbolar banderas pasadas sin caer en la tentación de repetir manidos clichés. Quien iba a decir que entre toda la basura que inunda el mercado musical podríamos encontrar un pedazo de cielo como este. No puedo dejar de escuchar la lluvia aullando en mi mente.

En los tiempos en que más de un iluminado afirma que el rock pasó a mejor vida, no hay más que pinchar el Magnificent Fiend para entender que no tienen ni idea de lo que están diciendo. 

Rock and roll is here to stay. - Neil Young


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